Diario - 27/12/2012

¿En presencia de una clase política americana que vive en Júpiter?

Creo que la mejor forma de resumir el diario de hoy sería: “idem ayer” pero con el signo al revés. Así como ayer los mercados de a poco se fueron negativizando, hoy Asia y Europa abrieron en terreno positivo con una obvia realidad: hay solamente “tres Carlos” operando en este mercado, no quedó nadie.

Pero recuerden que cuando “no queda nadie” cosas extrañas pueden ocurrir dado que ante el reducido volumen con muy poco se puede impactar precios muy significativamente. Es por eso que en esta época del año hay que estar atentos a ver si algún activo por cierre de posiciones y ajustes de saldos de fin de año alcanzan valores ridículos en especial monedas y commodities.

Seguimos entonces en cuenta regresiva observando cómo los Demócratas y Republicanos siguen tirando de la cuerda sobre lo que ya se ha convertido en un tema aburridísimo: la potencial activación automática de recorte de gastos y suba de impuestos hacia el cierre del 2012. Como ya hemos comentado antes, si esto ocurriese, los impactos serían tan severos que la economía americana podría entrar nuevamente en recesión cosa que es impensada pero recuerden una cosa: estos políticos son los mismos que rechazaron el primer programa de bailout post-Lehman en el 2008 que desencadenó un colapso del S&P lo cual también fue ilógico.

Lo lógico sería esperar que finalmente acuerden pero el riesgo es que en política no siempre prepondera la lógica. Así que aquí estamos operando en un contexto de muy bajo volumen y ante una carencia de catalizadores. +/- 2% aparte, el año ya está terminado e insisto con algo que comentamos varias veces antes: lo útil en esta época del año es intentar imaginar el comienzo de un 2013 en el que no veo por ningún lago un stock de buenas noticias que puedan propulsar a este mercado a nuevos máximos.

En el medio de todo esto obviamente seguiremos con la aburridísima cuenta regresiva: “cliff sí, clif no” dejando en evidencia la enorme diferencia entre una “Fed” casi obsesionada en bajar volatilidad versus una clase política americana que a veces da la sensación de vivir en Júpiter.

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