Diario - 23/01/2013

La no tragedia como escenario base del 2013 y ahora se suma Japón con su versión de open-ended-QE

Sin dudas, el reporte de resultados de Apple será la noticia intradiaria y la que probablemente defina en el cortísimo plazo el nuevo rango de trading (o no) de la acción.

El 2012 ha demostrado claramente que resulta imposible apostar a un movimiento pesimista de largo plazo dado que ello implica jugarle en contra a bancos centrales con infinita capacidad de emisión y por lo tanto de reflación global. Este paradigma quedará intacto hasta al menos fines del 2015 y ahora se suma claramente Japón.

A esta ecuación de emitir dinero papel por todos lados sin dudas se ha sumado otro grande esta vez: el Banco Central de Japón (BOJ) anunciando ahora la implementación de un programa de Flexibilización Cuantitativa al estilo Ben Bernanke dado que será al igual que QEIII, con final abierto (open-ended) comenzando en enero del 2014. Además, en un intento de terminar con décadas de deflación crónica, el BOJ intentará esta vez generar inflación creíble subiendo su objetivo de inflación al 2%.

Por lo menos, parecería que finalmente al BOJ le cayeron algunas fichas y estas medidas al menos intentarán neutralizar la agresivísima política monetaria seguida por la Fed que puso al Yen en máximos históricos contra el Dólar en 75 y obviamente comprometiendo la competitividad de la economía nipona que tuvo que padecer su más violenta apreciación cambiaria y por ende pérdida de competitividad internacional (¿otra versión de una guerra de monedas?). Veremos qué tan efectivos y creíbles son los Japoneses en hacer la gran Bernanke. Pero sin dudas, esto refleja otro put gratis más para un mundo que ya está repleto de ellos, esta vez con acento japonés.

El 2013 hereda unos cuantos fantasmas de esta crisis que siguen sin ser resueltos pero también es cierto que el G3 sigue firme en dilatar todo lo que el mundo le permita, el reconocimiento total de la crisis. El 2012 claramente y por escrito ha intentado definir un sendero económico desde Estados Unidos con la menor volatilidad esperada posible intentando vía una certeza mayor seguir estimulando una inversión que si bien ha mejorado en Estados Unidos sigue mostrándose débil.

En este contexto y sin cambiar tendencia, no parece improbable una posible corrección de inicios de año dado los niveles alcanzados por todos los activos de riesgo en el 2012 y por la carencia de una “buena noticia potencial”. Sin embargo, a pesar de correcciones probables y hasta violentas, la tendencia esperada de activos financieros sigue siendo claramente definida por un optimismo inducido por Bancos Centrales e insisto, Japón esta vez se suma al club.

Esta crisis nos ha sorprendido en cada año desde su inicio con un concepto diferente. Y así como el 2008 fue el año del colapso post-quiebra de Lehman Brothers, el 2012 fue un año en donde más que nunca quedó claro el compromiso de la Reserva Federal como sostenedora en última instancia del nivel de precios de los activos financieros.

Parecería que las contenciones monetarias de los principales bancos centrales del mundo han definido un firme sendero en donde los colapsos abruptos en los precios de activos parecerían estar “prohibidos”. Obviamente eso no quiere decir que el 2013 no vaya a exhibir ventanas de negatividad pero parecería que la volatilidad intrínseca del sistema ha ido colapsando artificialmente a lo largo de estos cinco años de crisis. El VIX vio su máximo por septiembre del 2008 a un nivel de 88, exhibiendo picos de 44 en el 2010 y 2011 pero solamente llegando a 26 durante un 2012 que se despidió con un nivel spot de 15.

El 2013 comenzó “dulce” por lo que estará vulnerable a las muchas malas noticias que todavía acechan a la economía global inventadas o reales. El 2012 ha sido un año en donde se reafirmó la firme voluntad de los principales bancos centrales del mundo de convertirse en sostenedores monetarios de un equilibrio que a nivel real sigue preocupando pero que a pesar de ello desde marzo del 2009 casi ininterrumpidamente no ha parado de reflacionar, fruto de una política monetaria mundial históricamente laxa. El 2013 no será una excepción a este paradigma: el que apueste a una tragedia fundamental y sostenida probablemente pierda y quizá ahora para los bears (pesimistas) haya también que rezar en japonés.

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