Diario - 07/03/2013

Reescribiendo la ley de gravedad: las manzanas yo no caen sino que reflacionan

Dow en máximo histórico y eso resume todo lo que se pueda decir al respecto. Intentar especular en estos mercados requiere pensar exactamente al revés anteponiendo la reacción monetaria de “la Fed” por sobre cualquier fundamento macroeconómico dominante. Es como que a veces hacer asset management se siente como “racionalizar la irracionalidad” cosa que se ha tornado común desde la quiebra de Lehman.

Antes de esta crisis apostarle al mercado tenía una lógica muy simple: si los datos macroeconómicos salían bien el mercado se ponía bullish (optimista) y subía, si los datos salían mal los mercados se tornaban bearish (pesimista) y bajaban. Actualmente, dadas las enormes distorsiones monetarias a las que fueron expuestos los mercados ocurre que cuando un dato sale mal, los mercados festejan en vez de preocuparse y es más en ocasiones los mercados esperan un mal dato y lo usan como catalizador de la suba y del próximo QE. Veremos si es que a alguien le importa todavía, cómo salen los datos de generación mensual de empleo de este viernes (NFP), antes a estos datos se los miraba mucho, ahora no se qué pensar bajo este nuevo paradigma de nominalidad y emisión.

La noción de un permanente estado de vigilancia monetaria ha contaminado convenientemente a los inversores de un nivel de moral hazard (riesgo moral) máximo desde el comienzo de la crisis: parecería que el 2013 claramente está superando al 2012 en este respecto y ya hay quienes pronostican “en breve” un Dow en 17000. Estos mercados denotan un sesgo crónico a la toma de riesgo por la sencilla razón de que los inversores han llegado a la resignada conclusión de que si algo se complica, los centrales volverán a bombardear con dinero a los mercados financieros reflactándolos una vez más; encontrar un bono emergente razonable bajo la par parece una actividad del pasado.

Si la economía real se ve mal, o si la banca española se ve mal o si Grecia se ve cada día peor, o si Italia se complica, a nadie le importa y ni siquiera genera la compra de protección ante esos eventos (puts). ¿Para qué comprarse un put a la baja si en definitiva, Ben Bernanke u otro banquero central aparecerá con un estímulo monetario que neutralizará temporariamente un shock negativo dado? El colapso de las volatilidades implícitas en el VIX que venimos observando desde 2012 está reflejando esta realidad.

Observamos un mercado plagado de problemas muy graves no resueltos tales como la crisis de deuda europea, el gigantesco déficit americano o una mega-burbujeante economía china, y sin embargo nadie se molesta al menos, en comprar protección. Este patrón de comportamiento del inversor le ha sido muy útil a la economía global. Es mucho más sencillo para un gobierno transitar años enteros de mediocridad económica con elevado desempleo con un S&P 10% positivo que con uno 10% negativo. Ser pesimista ha quedado virtualmente prohibido en estos mercados.

Sin dudas los shocks monetarios han congelado expectativas ubicando al mercado en una nube hipnótica de felicidad y han frustrado hasta al bear (pesimista) más empecinado comprando tiempo, lo cual es esencial en una crisis. Sin embargo, estas distorsiones pueden no ser neutrales al equilibrio general. La contracara del moral hazard es la generación de burbujas en mercados como los de commodities o bonos soberanos americanos o viviendas en China o quién sabe qué otra cosa más estará burbujeando por ahí. En este contexto de elocuente felicidad, me resulta interesante lo tranquilo e inócuo que operó el Euro: ¿ya se quedó sin fuerza para subir y si este es el caso, qué sigue para el Euro?

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