Diario - 21/05/2013

Último Mohicano: ¿Sucumbe Australia a la presión de Bernanke?

Mientras escribo este artículo recuerdo la película “El último de los Mohicanos”. En este mundo ridículo en donde conseguir una yield del 3% a cinco años te convierte en un titán lisa y llanamente, se nos está cayendo probablemente el Banco Central más hawkish (restrictivo monetariamente) de la crisis: el respetadísimo Banco Central de Australia.

Recordemos que a mitad de la crisis cuando todos los bancos centrales del G10 estaban embarcados en un claro ciclo de easing monetario (ciclo de baja de tasas) el Banco Central de Australia ya veía su economía recalentar y por lo tanto comenzó un ciclo de tightening monetario (ciclo de suba de tasas) para congelar expectativas inflacionarias, principal preocupación por entonces.

Recordemos que Australia es una economía muy dependiente de sus exportaciones y además Australia es uno de los principales socios comerciales de China. Por lo tanto, la desaceleración China más la lentitud en commodities afectan severamente el ritmo de la economía Australiana.

Y así estuvo por casi tres años pero sin embargo, recientemente y acompañando una dinámica mucho más débil en commodities relativas a équities y un China que ya no crece a la velocidad que lo hacía un año atrás, Australia se dio cuenta que ser hawkish (restrictivo) en un mundo mega-dovish “laxo” a uno lo pone en una seria desventaja.

La razón es sencilla: vivimos en un equilibrio global en donde el crecimiento no sobra y por lo tanto la distribución de “un empleo global rígido” se ha tornado en una obsesión para los principales bancos centrales del mundo. No es casualidad que la Fed de Bernanke esté ya a casi seis años de un ciclo históricamente laxo a nivel monetario, tampoco es casualidad que Inglaterra siga haciendo sus propios QEs, y tampoco es casualidad que Japón finalmente se haya despertado de su siesta de treinta años y se haya enterado de que la Fed de Bernanke se lo estaba fumando en pipa apreciando al Yen a niveles ridículos de 80 por Dólar cuando el país Nipón perdía persistentemente competitividad y padecía una eterna trampa de liquidez. Recordemos que al inicio de la crisis el Yen estaba depreciado a 124 por Dólar.

El Banco Central de Australia parecería estar dándose cuenta de ésto y el mercado también ha comenzado a anticipar lo que podría ser un ciclo de easing monetario (baja de tasas) más agresivo de lo que originalmente se había descontado. En este contexto como seguramente suele ser el caso ha sido el Dólar Australiano (Aussie Dollar: AUD) quien desde sus máximos de 1.11 ha quebrado ya la paridad contra el Dólar a niveles cercanos a 0.97 implicando que ahora 0.97 Dólares americanos compran un Dólar Australiano, lo notable es que hace un año que el Aussie no operaba en ese nivel.

Además y tal como muestra el gráfico abajo, en dicha oportunidad el colapso se debió a la última corrección relevante en riesgo global (recordemos que el Aussie suele tener un beta negativo respecto al S&P). La moneda sin dudas es el activo que más rápido reacciona a las decisiones de política monetaria y aquí estamos, si se bajan las yields en Australia, su moneda pierde atractivo y por lo tanto se deprecia generando un efecto positivo: ganancia de competitividad. Como podemos observar en el gráfico, mientras que en mayo del 2012 ambos colapsaron juntos, luego el SPY tuvo un rally formidable, cosa el el Aussie no pudo replicar capturando la debilidad en commodities. Para aclarar, el eje de la izquierda mide el Aussie, el de la derecha mide al SPY. Especialmente en las últimas semanas la divergencia ha sido notable.

De todas formas, lo de Australia es para remarcar: denota a un Banco Central muy ágil y listo para frenar los embates de una Fed que desde el 2008 no ha hecho otra cosa que exportarle desempleo al mundo entero. Así como Australia fue el primero en tornarse hawk (restrictivo) en un mundo dove (laxo) también hoy se da cuenta que ser restrictivo en un mundo caracterizado por altísima flexibilidad monetaria a uno lo deja peligrosamente del otro lado del juego de póker.

Los dejo entonces con tres preguntas:

  1. ¿Tendrá sentido jugarle short al Aussie Australiano en este contexto? 
  2. ¿El Euro del cual no he hablado hoy, se despertará alguna vez de una siesta eterna que ha puesto ya a España a un nivel de desempleo del 27%? 
  3. ¿Se dará cuenta alguna vez Europa que ser neutral monetariamente en un mundo dove (laxo) a uno por descarte lo convierte en un hawk (restrictivo) crónico y por lo tanto en franca desaceleración económica vía pérdida de competitividad?

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