Diario - 18/07/2013

¿Será el próximo lustro la tormenta perfecta para el Euro?

No es que quiera ser redundante con decir que la situación de deuda y crecimiento en Europa es altamente preocupante y hasta me animo a decir, insostenible. También es cierto que desde hace varios meses los mercados decidieron concluir que lo de Europa está todo “OK” aun cuando no hay un sólo número que le cierre en especial para las economías más comprometidas tales como Grecia, Portugal, España.

También es cierto que siempre que se complicó Europa apareció desde la Fed de Bernanke un QE salvador con una mega-emisión de Dólares que entre muchas de las cosas que salió a comprar, compró deuda europea generando un enorme rally en bonos PIIGS con colapsos de yields como las de Grecia de hasta 2000 puntos básicos. Por lo que siempre me quedó la sensación de que toda mejoría en la curva de yields de la Europa PIIGS se debió más a una decisión del Banco Central Americano que a una directa del Banco Central Europeo. Convengamos que al día de hoy y a seis años de inicios de crisis, al BCE todavía le sigue costando bajar su tasa de referencia.

También es cierto que un euro en 1.30 no le hace nada bien a la Europa menos competitiva y la única razón por la que sigue sobre 1.30 se deriva de un crónico exceso de Dólares desde el otro lado del Atlántico. Pero a esta altura en donde uno se comienza a imaginar un lento pero consistente cambio en la política monetaria americana recuerdo lo que le pasó al Yen. El Yen japonés se pasó dos años durmiendo la siesta en torno a 80/85 y en pocos meses quebró la barrera de los 100.

Por lo que, en un mundo en donde tarde o temprano las yields en USA inexorablemente subirán, me imagino a una Europa con un desempleo relativo muy superior al de USA y con un problema de deuda no resuelto muy vulnerable entonces a una suba de yields. En ese contexto una sustancial depreciación del Euro bien podría operar como estabilizador automático y finalmente con una distorsión monetaria de la Fed en retirada converger a un equilibrio de 1.20 mucho más acorde a la realidad que le toca vivar a Europa.

Los trades realmente ganadores (como el Yen hace dos años, por ejemplo) son aquellos que uno arma cuando nadie los está mirando. Y así como al Yen no lo miraba nadie en 2011, hoy el euro viene operando un rango interminablemente aburrido del 1.2750/1.3300 y lejos parece estar el escenario de una Fed relativamente hawk (restrictiva) versus en BCE relativamente dove (laxo).

Me pregunto entonces: ¿la sola desaceleración en la agresividad de la Fed obligará al BCE a replantear su estancia monetaria y ajustarse finalmente a una realidad en Europa que, sin la ayuda indirecta de la Fed requiera un BCE más dove (laxo)? ¿Veremos finalmente a un BCE que ante la ausencia de la Fed comience a tornarse más dovish generando un cambio de dinámica en el Euro?

Obviamente que nada de esto es inminente pero insisto: tengo la sensación de que estamos en presencia del inicio de un cambio de paradigma lento, gradual pero con enormes consecuencias en precios relativos y quizá ya sea el momento de comenzar a imaginar ciertos cambios a futuro. Lo saludable de esto es que parecería ser que la Fed de Bernanke nos vuelve a hacer concentrar en un concepto olvidado desde el 2009: “mediano plazo” y eso es en sí mismo una excelente noticia para la estabilidad futura de los mercados.

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