Diario - 22/07/2013

¿Y ahora qué hacemo?

Esta es una frase que me causa mucha gracia, la razón es que tuve alguna vez un jefe que cuando el mercado se complicaba lo miraba a uno y preguntaba: ¿y ahora qué hacemo? Y ante el calor del mercado frecuentemente mi respuesta era contundente: “sos el jefe, sería útil que alguna vez se te caiga una idea”.

Bien, ¿quién no ha tenido alguna vez un jefe inservible?, pero aun con su incapacidad manifiesta he aprendido cosas de su “no hacer”. No hacer es tan peligroso como hacer, no decidir no implica no tomar riesgo por una sencilla razón: todos los activos (incluso uno mismo) están inmersos en un sistema de precios relativos por lo que “no hacer” y por ejemplo parkear en USD cash implica estar largo Dólar el cual se comporta al ritmo de lo que diga Ben Bernanke. Comprar bonos bajo una estrategia “buy and hold” implica necesariamente tomar riesgo duration, y así puedo pasar la mañana entera detallando “no acciones” que implican “acción”.

¿Y por qué digo todo esto? No es que estoy elucubrando, sino que tengo la firme sensación de que quedar aferrado automáticamente al posicionamiento del 2009/2012 puede implicar un “no hacer” extremadamente riesgoso en un contexto actual que claramente parece querer rotar desde el “mind-setting” de la primer fase de la crisis hacia otro, menos tumultuoso, menos asistido y menos distorsionado. Que las primas de riesgo en emergentes hayan subido no es más que el pricing de un mercado que acepta la transición hacia una nueva realidad.

Quizá estemos entrando en la tercera etapa de esta crisis. La primera fue el reconocimiento de la misma, que le llevó al mercado desde junio del 2007 hasta septiembre del 2008 con la apabullante y sorprendente quiebra de Lehman Brothers. La segunda fue encontrarnos con un Bernanke ultra-dovish que nos enamoró a todos y nos hizo danzar al ritmo de la nada misma al punto tal de habernos olvidado por cinco años de que la 10yr existe y puede moverse.

La tercer etapa de esta crisis (y no se pongan ansiosos porque habrá muchas más) quizá implique el despertar de esta siesta aburrida, reflacionante y siempre protegida por una Fed comprometida a regalar Puts Gratis por mucho tiempo. La fortaleza incipiente pero robusta del Dólar, el colapso de los metales preciosos, la paliza a monedas y bonos emergentes comienzan a ser síntomas de un mercado que anda con ganas de comenzar a tradear cierta normalidad y alejarse un poco de tanta distorsión descontada en el precio de los activos.

No hacer nada en este contexto y esperar a que el oro “rebote” a 1,800 otra vez, es hacer algo y ese algo es muy peligroso: es aferrarse al “mind-setting” del periodo 2009/2013 con el riesgo de seguir en una fiesta que ya cambió no sólo de música sino de domicilio y disc-jockey. No es casualidad tampoco que los bonos high-yield de USA hayan resistido el embate de tasas en promedio bastante mejor que los soberanos de emergentes en una reacción que parecería indicar a un mercado que quiere pricear una recuperación relativa en favor de USA.

Acortar duration, sesgar la cartera al greenback, dejar de comprar bonos a tasa fija y reemplazarlos por “fix-to-float bonds” o “bonos a tasa variable” son algunas de las decisiones que probablemente valga la pena evaluar ante este estado de limbo temporario pre-FOMC en que el quizá operen los mercados hasta saber finalmente si habrá tapering en septiembre y si el mismo será significativo.

Reflexión: lo lindo de este trabajo a diferencia de otros, es que resulta imposible no hacer.

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