Diario - 27/12/2021

Aceleración inflacionaria y colapso de la burbuja: el dilema y la prioridad de la Fed

La nueva trampa de liquidez implica una Fed atrapada entre una inflación que se acelera y una burbuja que amaga en colapsar. La Fed entre inflación y burbuja, siempre priorizará la burbuja. Probablemente, tendremos bull market por largo tiempo en acciones norteamericanas de calidad. El principal aliado de este bull market es una Fed que sonará mucho más hawkish (restrictiva) de lo que efectivamente haga en materia de restricción monetaria.

La nueva trampa de liquidez. Vivimos en un mundo de “hiperinflación de activos financieros”, una dinámica perversa pero a la vez altamente rentable, alimentada por la Fed desde la quiebra de Lehman Brothers en septiembre 2008. En esta coyuntura de ultra monetización que por momentos desafía a la mismísima ley de gravedad se viene escribiendo un peligroso capítulo en política monetaria, la cual ha alcanzado niveles históricos respecto a su formidable capacidad de distorsión a través de la emisión casi infinita de dólares. De esta forma, la Fed parecería haber quedado atrapada en su propia creación, “la nueva trampa de la liquidez”, una en donde si decidiese tornarse efectivamente restrictiva arriesgaría el fin de la reflación y por lo tanto, el inicio potencial de un caos sistemático relacionado al colapso en los precios de activos financieros. Desde 2008, la Fed de Ben Bernanke y ahora la de Jerome Powell, se embarcó en política monetaria no tradicional, ultra-expansiva y vía sus cuatro QEs siguió estimulando a un mercado de activos financieros que parecería no tener límites a la reflación aún a pesar de la negatividad observada desde noviembre de este año.

Hiperinflación de activos financieros. Desde los mínimos de Wall Street el 23 de marzo 2020 el mercado de acciones de Estados Unidos ha subido estrepitosamente con los tres índices principales arañando un retorno cercano a 100%. Hay acciones puntuales que superaron fácilmente el 200%. En otro rubro, BTC y ETH han tenido subas que superaron ampliamente estas cifras. De esta forma, toda la gigantesca liquidez inyectada por la Fed ha sido reciclada en activos financieros como forma de protección ante la intencional licuación del dólar generando una mega burbuja global en estado de hiperinflación permanente y aun con todo lo que esto implica, esta nueva burbuja bien podría ser estable en tanto y en cuanto la Fed siga cuidando de ella. El plan de la Fed probablemente sea ir licuándola a lo largo del tiempo sin sacar nada de lo emitido y permitiendo que un 3% de inflación anual promedio a largo plazo y un 2% de crecimiento hagan el trabajo licuatorio digamos, en unas dos o tres décadas. Lo emitido no se absorbe, se deja que el tiempo lo vaya “desapareciendo”. Esta es la lógica perversa con la que vienen operando los mercados no solo desde marzo 2020 sino desde septiembre 2008, momento en el que la Fed realiza su primera ronda de flexibilización cuantitativa (QE1). Desde entonces el proceso hiperinflacionario de activos financieros ha sido imparable y ya vamos por QE4. El QQQ (ETF que replica al mercado de acciones tecnológicas en USA) desde los mínimos de marzo 2009 hasta la actualidad está muy por encima de 1.000% de retorno lo cual representa una épica devaluación del dólar contra activos financieros.

La realidad actual con inflación acelerando. En este contexto de emisión casi sin límites, mucho se está hablando en estos días de que la Fed podría haber llegado tarde en su reacción a la inflación en Estados Unidos. En este contexto, llegar tarde significa que la Fed deberá ser más agresiva en sus medidas futuras de restricción monetaria. La Fed ya anunció una “aceleración del tapering” como primer medida. A partir de esta decisión, para el 2022 la Fed podría ejecutar tres cosas a la luz de una inflación que la sigue presionando y que no afloja:

1.Achicamineto de balance. Esto implicaría que comenzaría a vender los bonos largos que compró vía QE4 o sea, sería un “QE4 a la inversa” absorbiendo parte de todo lo emitido desde que comenzó la crisis COVID en marzo 2020. Al vender bonos largos, dicho exceso de oferta implicaría una baja en su precio y una suba en su yield. De esta forma, el achicamiento de balance tendría como impacto más directo la suba de la “30yr yield nominal” y un “empinamiento de pendiente”. Esta situación probablemente generaría overperformance en bancos y underperformance en tecnológicas dado que estas últimas son las que más cargados tienen sus cash flows a futuro y sufrirían al descontar los mismos relativamente más que otros sectores tradicionales dentro del espacio de las acciones cíclicas.

2.Anticipar la suba en la tasa de referencia. Si el mercado llegase a la conclusión de que es una reacción tardía de la Fed, probablemente la presión que dicho accionar generaría en la parte corta de la curva sería decodificado como que la Fed comprometería el “crecimiento de largo plazo” noqueando probablemente a las tasas reales largas que a su vez contagiarían a las nominales largas hacia abajo. Bajo este escenario, la “30yr yield nominal” bajaría y también la pendiente de la curva generando una horizontalización, aspecto que se viene observando desde hace meses. Esta situación probablemente produciría overperformance en tecnológicas y underperformance en bancos dado que la generación de ganancias de estos últimos son muy sensibles a los spreads entre tasas cortas y tasas largas.

3.También podría ejecutar “1” y “2” en simultáneo. Si ese fuera el caso, los mercados de acciones colapsarían en 30% en un rato por imaginar una cifra.

El escenario más probable de los tres parecería el 2. Larga vida a la burbuja.

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