Academicas - 28/08/2023

La “macro” manda: firmes los datos de empleo para Estados Unidos

Suba de tasas largas. Primero, todo comenzó en el punto donde el petróleo se escapa de la zona de “65” rumbo a los “85” y dicho evento generó un salto en el breakeven (inflación esperada) de 30 años de aproximadamente 15 basis implicando un mercado que al ver al petróleo subiendo nuevamente volvió a cargar algún tipo de renovadas expectativas de inflación a largo plazo recargando a las tasas largas. Segundo, el “evento Fitch” que sorprende al mundo con una baja de la calificación crediticita de Estados Unidos referida a su deuda soberana de largo plazo agregó una inesperada “prima de riesgo sistémico” a la cual no estamos acostumbrados recargando aun más a las tasas largas. Tercero, también es cierto que desde comienzos de 2023 se percibe una economía que se “desinflaciona” sorprendentemente “sin recesionar”. Esta realidad bien puede ser explicada porque la economía norteamericana estaría exhibiendo fuertes saltos de productividad lo cual es una excelente noticia dado que dichos eventos suelen ser deflacionarios pero que también sirvió para recargar a las tasas largas, tanto reales como nominales.

De mayo a mediados de julio 2023 parecería que la historia dominante que motivó el pronunciado rally del Nasdaq fue la relacionada a “shocks de productividad”. Sin embargo, desde entonces, parecería que el aumento de riesgo sistémico con el que se cargaron todas las tasas largas del mundo comenzaron a dominar causando la fuerte corrección que observamos en casi todo el mercado de acciones en especial, el équity tecnológico. La pregunta relevante que se plantea de caras a cierre de año es si esta fortísima suba de tasas largas será lo suficientemente nociva como para ahogar al incipiente bull market que se viene gestando desde hace unos meses y probablemente la respuesta estará en cuál de los dos efectos termine dominando: mayor riesgo sistémico vs mayor productividad. La respuesta a esta pregunta nada más y nada menos, definirá probablemente el cierre del 2023.

Desde hace ya varias semanas, el mercado viene descontando parcialmente al menos, un evento sistémico que no debiera sorprender a nadie pero que irónicamente sorprendió a todo el mundo generando una suba en un parámetro crítico para el mercado: tasas de interés libres de riesgo. El “evento Fitch” ha generado un salto en la parte larga de la curva más relevante de todas y dicho movimiento ha producido subas en tasas largas en todo el espectro de bonos soberanos del G10 y emergentes. Probablemente, este efecto será uno vertical que culmine solo en eso o sea, tasas a un nivel mayor y en probable sobrerreacción. En esta coyuntura, el mercado volverá a revaluar a la macro en sus dos dimensiones relevantes: “desinflación” y “recesion potencial”. Independientemente de Fitch, la macro manda y serán estas dos tendencias las que en definitiva determinen la supervivencia o no de este incipiente bull market. Por el momento y a pesar de la reacción psiquiátrica ocasionada por el “evento Fitch”, el escenario de “desinflación sin recesión” sigue intacto y es el que determinará la relación de precios de los activos financieros. El mercado podrá digerir el salto de tasas largas en tanto y en cuanto la macro siga acompañando, ese es el verdadero interrogante.

El “evento Fitch” sirvió para darle al mercado una excusa de toma de ganancias, “adelgazar al Nasdaq” y volver a generar puntos de entrada que resulten razonables. No parecería que el “evento Fitch” pueda quebrarle el brazo a este bull market el cual sigue siendo dependiente de datos macroeconómicos. La supervivencia de este bull market dependerá de si la macro sigue convalidando la historia de “desinflación sin recesión”. Lo de Fitch quedará como un evento psiquiátrico más para un mercado intradiario plenamente dominado por algoritmos pero en ninguna circunstancia nubla un bosque dominado por un solo concepto: la macro manda en 2023. En esta coyuntura, siguen firmes los datos de empleo para una economía norteamericana en estado resiliente. Nada ha cambiado en su esencia y el mercado retomará la atención sobre tendencias macroeconómicas. Para un año “data driven” (dependiente de datos), todo volverá a revaluarse a partir de los datos de inflación a publicarse en pocos días. La macro manda y será dicha macro la que siga definiendo la dinámica del bull market o su muerte.

El trading intradiario suele ser vertical, psiquiátrico, e irrelevante, y así fue la reacción que motivó la decisión de Fitch. Lo que dijo Fitch lo sabe todo el mundo por lo que a nivel fundamental no debiera sorprender el hecho de que Estados Unidos exhibe un exceso notable de endeudamiento. El 2023 es un año “data-driven” y será totalmente influenciado por las dos dinámicas que actualmente vienen compitiendo en la macroeconomía: “desinflación” vs “recesión”. Agosto ya comienza a descontar el octavo capítulo de un año plagado de relevancia macroeconómica. De esta forma, los datos de empleo reportados el viernes 4 de agosto vuelven a describir a una economía que sigue mostrando signos de resiliencia. Por el momento, la macroeconomía de Estados Unidos sigue reflejando a un sistema que por ahora pudo sobrevivir los embates de la Reserva Federal.

Los datos de inflación son los que tienen la principal preponderancia en el sentido que a pesar de una historia desinflacionaria que se ve bien todavía hay frentes que podrían salir muy mal y complicar el corto plazo. Si los datos mensuales de CPI y PCE (inflación de USA) siguen describiendo las tendencias actuales, el mercado seguirá celebrando. En un segundo orden de importancia pero muy cerca, están los datos de empleo porque miden el daño que la política monetaria restrictiva pudo haber ocasionado sobre la economía norteamericana, la recesión sigue siendo un fantasma vigente. De esta forma, lo reportado el viernes 4 de agosto en materia de empleo sigue convalidando la noción de una economía muy resiliente con altos saltos de productividad que a la vez operan como catalizadores desinflacionantes. Para un mercado que intenta digerir el “evento Fitch”, los datos de empleo implican que la primera vara macroeconómica del mes fue saltada con éxito, otra vez más. Hasta que el mercado no llegue al veredicto de que la inflación está totalmente vencida, serán los datos de CPI y PCE los que manden la dinámica de Wall Street en los próximos meses.

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