Academicas - 08/01/2024

La velocidad de un plan económico que todavía no existe

¿Cómo arranca Argentina en 2024? Independientemente de la aprobación o no del decreto e independientemente de la aprobación o no de la ley ómnibus, ahora se nos vienen tres meses en donde los argentinos van a sentir lo que es sincerar una economía y uno de los grandes desafíos del presidente es mantener aceptabilidad en torno de un trimestre que va a ser probablemente el peor desde el retorno de la democracia. Fácilmente podemos tener una inflación del 100% en estos noventa días y no queda claro todavía si después de dicho evento potencial los precios podrían empezar a mostrar una tasa decreciente de expansión.

Todavía sin plan y sin ancla. Todo lo que estamos viendo por el momento es una serie de medidas aisladas que intentan apagar algún que otro incendio lo cual no está mal pero lo verdaderamente importante es orquestar un plan económico que tenga como eje central una contundente ancla fiscal, cosa que todavía no existe y por lo que se aprecia, está bastante lejos de existir, lo cual es preocupante. Si bien estamos a pocos días de comienzo de gestión, el gobierno todavía no pudo responder el “cómo”. En este contexto, me pregunto si el gobierno no se equivoca en mantener el cepo y no liberar al tipo de cambio totalmente. Si esta es la decisión, me imagino que se hace para no generar otra estampida inflacionaria adicional de todas las que se nos vienen en el verano, pero me permito argumentar que “o liberas todo o no sirve” y lo digo muy respetuosamente. El gobierno corre el riesgo de cometer un severo error en sincerar parcialmente a la economía, dado que el sinceramiento parcial no mitigará un dolor que será ineludible. Una alternativa de shock sería obviamente liberar todo de una vez y así sabremos finalmente cual es el punto de partida de este drama multidimensional que padece la macroeconomía argentina. El actual sinceramiento de precios es gradualista y por lo tanto, probablemente erróneo.

En Argentina faltan muchas cosas pero por sobre todo sentido común. En los próximos noventa días tendremos 100% de inflación y lo digo porque escucho vaticinios de un dólar estable en 1.000 lo cual me parece esotéricamente sub-real. Todavía no hay ancla de ningún tipo y las expectativas no van a hacer el trabajo sucio esta vez. Percibo una notable ingenuidad en argentinos que ya creen que, porque existe un DNU en papel y una potencial ley ómnibus, años incesantes de errores se resuelven rápido. Es un error sobre-esperanzarse sobre un sendero que solo ofrecerá sudor y lágrimas por lo tanto, es crucial amoldar expectativas y recordar que en el mejor de los casos la buena noticia de los próximos dos años será la desinflación sin recuperación de actividad. Subestimar el dolor que se viene es la mejor fórmula para la frustración. Si se subestiman los costos de la reconversión, se corre el severo riesgo de abortar el cambio.

En este contexto de una macroeconomía persistentemente muy cruel, Argentina controlará la inflación mediante una brutal recesión. Los procesos descontrolados de inflación como el de la Argentina, solo se pueden frenar mediante una fortísima recesión que retraiga a la demanda y con ello se frenen los precios. Percibo mucho comerciante subiendo precios de manera descontrolada y la única forma de disciplinar a estos comportamientos esa a pura ley de oferta y demanda: cuando nadie compra, los precios bajan y eso se llama “recesión severa”. Se vienen doce meses muy inflacionarios y recesivos y soy optimista. La recesión vencerá a la inflación, pero el desafío es llegar vivos a enero 2025.

Dado lo magnánimo que intenta ser el decreto y también la ley ómnibus me sorprendería que semejante propuesta pueda ser aprobada fácilmente y rápidamente. Por lo tanto, siento que esta realidad me trasciende totalmente de manera tal que me voy a sentar a observar la evolución de los acontecimientos y esperando con la mejor de las ondas que se apruebe la mayoría de las reformas que se proponen, las cuales son todas en la dirección correcta. Y desde Wall Street también van a estar mirando a los bonos y acciones argentinas que por el momento están tenuemente observando la realidad sin grandes movimientos y preparándose para lo que creo va a resultar en otro evento vertical y ojalá supiese el signo. Claramente, la propuesta del decreto y de la ley ómnibus ya planteó una pulseada entre el gobierno actual y aquella parte de la oposición que no quiera aprobar los paquetes, una oposición que actuó en sentido contrario a lo que actualmente se pretende y me cuesta imaginar que fácilmente entregue una enorme serie de prebendas y beneficios.

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